TUS PLANTAS SE MUEREN MÁS POR EXCESO DE AGUA QUE POR FALTA DE ELLA
CONOCE ACERCA DE LA FRECUENCIA ÓPTIMA DE RIEGO
Por Adriana Mirabal. amirabal@ampaisajismo.com

Muchas veces puede haberte sucedido que no te explicas qué puede estar ocasionando el hecho de que tu jardín no progrese como esperabas, que la planta favorita del salón de tu casa de pronto se debilitó a tal punto que ya parece una obra de naturaleza muerta, o bien que el pequeño huerto que te surtía de la albahaca para tu ensalada capresa se convirtió en un pequeño desierto. Probablemente más que fertilizante, aireación de la tierra o luz natural suficiente, lo que necesitaban tus plantas era, increíblemente, de ¡menos cantidad de agua!

Efectivamente, las plantas mueren más rápidamente cuando tienen exceso de riego que cuando carecen del agua suficiente para subsistir adecuadamente. Esto es debido a que la sabia naturaleza les provee un sofisticado mecanismo de ahorro de energía cuando atraviesan situaciones críticas por falta de alguno de sus nutrientes naturales, no así al encontrarse en un medio que sobrepasa su capacidad de absorción, ocasionándose la putrefacción de las raíces, el debilitamiento de los troncos, el amarilleo y caída de las hojas y la final lamentable muerte de la planta.

No es para nada complicado saber la cantidad de agua que requieren tus plantas, en ocasiones, basta un poco de sentido común y observación: si se trata de una planta de interior que esté situada en un aireado y luminoso lugar de tu casa, sembrada en un tiesto acorde con sus dimensiones y con un plato de depósito del agua en la base, con sólo ver si el plato aún contiene agua, sabrás que no debes volver a regarla, pero si aún dudas porque la tierra parece estar seca a la vista, introduce tus dedos un poco más profundo que la superficie y verás que hay aún humedad, entonces no la satures porque no le hace falta; seguramente con dos veces a la semana de agua repartida lentamente sobre toda el área de la tierra en la superficie del tiesto, sin rebasar el contenido del plato de base, será suficiente.

Los jardines que están expuestos totalmente a la intemperie tienen requerimientos de agua superiores, ya que la evaporación ante la luz directa del sol deja la tierra naturalmente más sedienta. En este caso se hace necesario probablemente un riego diario o ínter diario, dependiendo del horario en el que suelas regar tu jardín. Por ejemplo, si sueles regar temprano en la mañana, el jardín pasará el resto del día recibiendo el calor del sol y la evaporación hará necesario que lo riegues de nuevo al día siguiente. Pero si por el contrario riegas tu jardín al atardecer, la humedad permanecerá en la tierra por mayor tiempo hidratando las raíces durante la noche y no será necesario volver a regarlo sino con un día de por medio.

Por otra parte, la tipología de las plantas determina igualmente la cantidad de agua que debas proveerles, ya que por ejemplo, aquellas que pertenecen, a la familia de las xerófilas, que son plantas desérticas y acumulan dentro de su estructura el agua que necesitan por largos períodos de tiempo, requieren de muy poco riego; mientras que otras plantas tropicales de exuberante floración necesitan mayor humedad.

La orientación del paisajista que planifique tu jardín es vital para que las plantas luzcan todo su esplendor, pero si tú misma has decidido crear tu jardín, encontrarás literatura en casi todas las librerías que te servirá de apoyo ya que por lo general, los autores describen cabalmente tanto las características básicas de las plantas, su estructura, crecimiento, desarrollo, altura alcanzada en su fase adulta, como los requerimientos para su adecuado mantenimiento, incluyendo por supuesto la frecuencia óptima de riego. Espero que estos consejos te ayuden a conservar hermosas las plantas de tu hogar, y recuerda...¡No las ahogues!